Cuando
miramos una fotografía vemos un trozo de materia y
reconocemos algunas formas, incluso presumimos que lo que
vemos existió en el instante de la toma, cuando el negativo
recibió la luz reflejada y la guardó en su memoria...
Pero la realidad está siempre más allá del encuadre y
más allá del tiempo, mientras que la magia del negativo
es plana, limitada, atemporal...
Suponemos una realidad, no sin
cierta fe, y la suponemos verdadera. Quizás, sin darnos cuenta,
buscamos un ego sum, una prueba de que
somos, de que hemos sido, asumimos su certeza para
certificar la nuestra. ¿Será una forma de la piedad?
Podemos darle la vuelta a la
cámara, fotografiarnos, invertir el juego del ojo que mira
y ser el ojo que se ve, ser el objeto del objetivo, aun
más, podemos forzar el mecanismo y mostrarnos irreales:
otros o en otro tiempo. Darle la vuelta a la mentira y asumir
nuestra estela de fantasma. Mostrar lo que nunca fuimos:
otro.
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When
we look at a photograph, we see a piece of material and
we recognize some shapes, we even presume that what we
see, existed in the instant of the capture, when the
negative received the reflected light and kept it in its memory.
But reality is always far beyond the frame and far beyond
the time, while the magic of the negative is plane,
limited, timeless...
We suppose a reality, not
without certain faith, and we suppose it's true. Maybe,
without noticing it, we search for an ego sum, an evidence
that we are, that we have been, assuming its certainty in
order to certify ours. Will it be a certain way of pity?
We could turn the camera
around, take a picture of ourselves, invert the game of
the eye that watches and become the eye that watches itself,
be the objectives object, and even more, we can
force the mechanism and show ourselves in an unreal way:
being someone else or in another time. We can turn the
lie around and assume our ghosts trail, showing
what we never were: another one.
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